sábado, 20 de marzo de 2010

Estado Neutral 1: El apagón de la Credibilidad

El apagón de la credibilidad
Este fin de semana nos fuimos a negro. No sólo por el blackout que estremeció desde Atacama a Chiloé, sino por la más clara muestra de inestabilidad nacional. Otro golpe bajo no sólo para el gobierno de turno, sino a la veracidad de las últimamente tan criticadas y renombradas fuerzas públicas.
El inicio de la catástrofe se sintió con potencia en la nación. Las repercusiones físicas no lo eran todo, sino la furia con la que azotó el terremoto a los previamente desconocidos entes de gobierno. Precisamente, las contradicciones entre el SHOA y la ONEMI fue lo que gatilló el caos y provocó cientos de muertos en la zona centro sur de Chile. Horas más tarde, el NOAA salió a la palestra. Como una bofetada al producto chileno, logró la decepción de millones de espectadores, que una y otra vez contemplaban atónitos como el avance tecnológico estadounidense se apropiaba de la ansiada eficacia nacional. Con datos certeros fue el canal por el que confiamos.
Sucesos como el error en la cifra de fallecidos y la renuncia de Carmen Fernández a la Oficina Nacional de Emergencias, dejó damnificados en la Concertación. Se creía que la llegada de Sebastián Piñera calmaría las aguas, que sería el precursor de la reconstrucción de Chile y con su tan particular ‘mano dura’ los problemas estarían solucionados. Mientras dábamos los primeros pasos de normalidad, un apagón se apropió del domingo por la noche. Una vez más el pánico reinaba en los hogares chilenos y ahora era el nuevo gobierno quien no tenía una respuesta concreta.
Chile se jacta de su desarrollo en comparación con sus vecinos, sin embargo, los jaguares de Latinoamérica no pudieron siquiera establecer las comunicaciones dentro de un país de 15 millones de habitantes. Los saqueos fueron el más vivo racconto del ’73, en el que los militares se adueñaron de las calles penquistas. La desgracia estaba en la casa de al lado. Era tal el caos vivido por las víctimas que muchos vínculos sociales se quebrantaron ante la supervivencia. Un hipermercado arrebatado por la desesperación. El terremoto parecía cambiar los hábitos alimenticios de la gente. Mientras unos saqueaban harina otros lavadoras, unos leches y otros plasmas. Ante la atónita mirada de Amaro Gómez Pablos, la prensa capitalina olvidaba su propia cuidad. Inmobiliarias corrían ante la furia de propietarios desalojados, el golpe más bajo a la clase media.
Con tales réplicas nadie da abasto. La Coalición de las fuerzas públicas y la prensa, junto a la Alianza del gobierno con la histeria colectiva, fueron los responsables del temor sembrado en la población. La desconfianza estremecía a toda una nación. De este modo, sin sistemas de gobierno efectivos ni organizaciones comprometidas que eviten un apagón… ¿estaremos a salvo de futuros movimientos?

miércoles, 24 de febrero de 2010

¡Sintonízate, clase política!

El debate sobre la píldora del día después huele a naftalina. Los jóvenes chilenos no se cuestionan lo que mi generación debatió hasta casi matarnos. Tal como los noveles izquierdistas crecieron dentro de la economía de mercado y encuentran irrisorio el modelo cubano, los noveles derechistas son viajados y tolerantes y no soportarían que un obispo prohibiera, como nos pasó a nosotros, usar bikini o tener relaciones prematrimoniales. Moraleja para los conservadores: éste no es país para viejos.
Por César Barros.
Durante la guerra fría era fácil definirse de izquierda o de derecha.
La gente de derecha era "derechamente" anticomunista. Favorecía la intervención de los EE.UU. en Vietnam y apoyaba los planes de Kennedy para invadir Cuba. Pero, a su vez, odiaba a los Kennedy por la famosa Alianza para el Progreso que promovía la reforma agraria.
En lo más doméstico, ser de derecha implicaba obligatoriamente estar contra la reforma agraria, contra Frei Montalva y contra esa falange zigzagueante y traidor de las raíces del viejo Partido Conservador. En lo moral, los más ultras apoyaban a monseñor Tagle -que excomulgó a las usuarias de bikinis de Reñaca (mi mamá no dejaba entrar a la carpa familiar de Reñaca a las amigas de mis hermanas que usaran bikini: ponerse una polera encima era obligatorio)- y entregaban sus simpatías a la misa preconciliar en latín y de espaldas a los feligreses. Eran mayoritariamente profranquistas respecto de España, y andaban divididos entre el Eje y los Aliados. Ser de derecha -insisto- incluía ser muy antidemócratacristiano. Ese sentimiento podía incluso tener preeminencia respecto del anticomunismo más clásico: resultado de la controversial Reforma Agraria.
Ser de izquierda era justo lo contrario. En este caso, los más ultras habían abrazado la opción armada y rebelde frente al Estado y la sociedad, a través del MIR y el FER. La cosa se movía entre el estalinismo más duro y el "comunitarismo" (nunca alguien me lo pudo explicar; me imagino que era porque nadie lo entendía demasiado) de Radomiro Tomic.
Pero la cosa era clara: si alguien de izquierda apoyaba la toma de la UC, un buen derechista debía estar en contra. Para qué decir de la toma de la Catedral. Desde ahí vienen las malquerencias con monseñor Silva Henríquez. Si ellos entonaban canciones de la España republicana ("que la tortilla se vuelva…") se les respondía con aquello de "tenemos un cañón, llamado Bocanegra, que cuando se dispara, comunista a la mierda". Palos y piedrazos solían estar presentes en foros y pasillos universitarios de la época.
Como las sensaciones de fines de los 60 y principios de los 70 fueron contundentes -por decirlo en pequeño-, dejaron marcados a sus protagonistas. Unos por la dureza extrema del gobierno militar y por ver tronchados sus sueños. Otros por el susto que pasaron con la UP. Con las expropiaciones, las tomas y los abusos de la época.
Pero mientras en Chile nos mirábamos -como suele ocurrir siempre- el ombligo de nuestros propios problemas, el mundo caminaba, y muy rápido, hacia la globalización de la economía, del pensamiento y de las costumbres.
Y cientos de jóvenes de izquierda y de derecha salieron a vivir fuera de Chile: unos obligados por esa crueldad y desatino del exilio; otros a estudiar y observar la realidad del mundo desarrollado. Ambos grupos entendimos, como primera cosa, lo parroquial, lo pequeño y lo lejano que era Chile. Vimos cómo se manejaba la política y la economía en Europa y EE.UU. Cómo se respetaban las ideas. Cómo el estalinismo se batía en retirada. Cómo, por otro lado, los derechos humanos y la condena a las prácticas de tortura y represión eran encabezadas por el propio Wall Street Journal. Cómo no ya el bikini, sino el nudismo se hacía popular. Cómo los jóvenes convivían antes de casarse. Cómo píldoras, condones y artefactos circulaban junto con la marihuana, sin que la sociedad fuera destrozada en el camino.
Dos almas por lado
De esta mezcla llena de energía, de vivencias potentes, cambios violentos y odios profundos, surgieron los líderes de opinión que hoy hacen la política chilena, tanto en la izquierda como en la derecha.
Y también las famosas "dos almas" que coexisten tanto en uno como en otro bando. En la izquierda, claro está, es el conflicto entre la antigua lucha del socialismo duro a la cubana y la necesidad práctica de adoptar -y adaptarse- a la economía social de mercado.
Una renuncia dura, que algunos -los más avispados y los más flexibles- han llevado adelante sin rodeos y con bastante convicción. Sobre todo en privado. Y que a otros les ha resultado más difícil, por su antiguo odio hacia quienes apoyaron el gobierno militar y porque creen que "el modelo" sigue siendo peor que su utopía. Son los que piensan que Chávez y Cía. podrían ser un nuevo paradigma.
En la derecha el tema no es tanto en lo económico -donde más o menos le achuntaron-, sino en lo valórico. Ahí la derecha va perdiendo como en la guerra a nivel global. Y en un mundo tan abierto, tan viajado y tan intercomunicado, la aceptación de la homosexualidad, la sexualidad sólo por el gusto, el control de la natalidad y la búsqueda de la felicidad han entrado a Chile de lleno. Sobre todo en la juventud y, dentro de ella, a su segmento más "globalizado" e intercomunicado: los hijos de la elite de la derecha. Y como sus políticos no son tan obtusos, se están "yendo por la libre" en ciertas materias de tipo valórico y moral.
Gracias a la globalización, se ha formado una izquierda con dos almas. Y una derecha ídem.
Conservadores transversales La Iglesia Católica jugó un rol no menor en el pasado, apoyando una parte del alma de la izquierda: la Reforma Agraria, luego la defensa de los derechos humanos y ahora último los "salarios éticos" y las condenas "al lucro".
Ahora juega otro rol, no menor, apoyando a la parte más conservadora de la derecha en sus luchas valóricas.
Es divertido, porque Chile ya no es un país muy católico que digamos. Un porcentaje cada vez menor va a misa. Uno aun menor recibe sacramentos en forma frecuente. Casi el 60% de los niños chilenos nace fuera del matrimonio. No tengo estadísticas del uso de condones, píldoras y demases entre los egresados de colegios religiosos. Tampoco del porcentaje de los novios que tienen relaciones prematrimoniales, pero me imagino que las cifras no dejarían contentos a los arzobispos chilenos, ni a los padres de la derecha más conservadora.
Pero con todo, la Iglesia, con su enorme poder, se alía o resulta ser compañera de camino del "alma antigua" de la izquierda antimercado y de la derecha más conservadora. Y no es que los parlamentarios "chavistas" sean buenos católicos. Por el contrario. Pero se cobijan en el poder de la Iglesia para condenar al mercado.
En la derecha pasa algo parecido. No es que se apeguen a la tradición del Padre Hurtado o a la del cardenal Raúl Silva Henríquez. Se apegan a la Iglesia para defender los valores que -siendo católicos o no- les gustaría dejar intactos.
Ambos usan a la Iglesia, no por ser católicos, sino por ser conservadores. Cada uno a su modo. Un verdadero contrasentido, con ribetes casi cómicos.
Modernizarse o morir
Pero no hay de qué preocuparse: es una discusión de viejos. De sobrevivientes de la guerra fría y de las terribles secuelas que tuvo en Chile. Una vez hicimos una especie de encuesta entre amigos, para ver cuál era el factor discriminante entre nuestros amigos y conocidos que apoyaban a Pinochet sin reservas y los que resultaban ser más críticos. El resultado fue que quienes estaban ya casados y con hijos durante la UP tenían sentimientos irreconciliables con la izquierda: habían pasado mucho más susto que los que éramos solteros en esa época. Me imagino que en la izquierda sucede lo mismo, por similares razones.
Pero con los jóvenes -sobre todo con los más globalizados- no hay que equivocarse. Sobre todo con los que ya dejaron los colegios protectores y entraron a la universidad y al mundo real. Pocos abogan por llegar vírgenes al matrimonio. Muchos menos se oponen a los dispositivos anticonceptivos, como condones y píldoras. El Postinor no tiene muchos detractores. El sexo es para la felicidad. Nadie -casi- planea "tener todos los hijos que Dios le mande" y la mayoría cree que el mercado, la educación y el esfuerzo personal son la base del éxito y así lo asumen sin miedo. Todos creen que los derechos humanos son inviolables y que el gobierno militar fue de una dureza y duración intolerables.
Esta es la "otra alma" de la derecha, que afortunadamente viene liderada por su juventud y que es denostada por los más viejos del equipo.
Lamentablemente, los partidos políticos -tanto de izquierda como de derecha- tienen poca juventud. Y esa carencia hace que su visión tenga mucho menor repercusión de lo que debiera y que, en cambio, aparezcan en la calle, de uno y de otro lado, las minorías más ruidosas: unos en la violencia contra el sistema, otros para defender lo que ya nadie en el mundo defiende.
Pero las encuestas no mienten: ahí sale sin censura, sin "comisiones políticas" o "comités centrales" de por medio, lo que opina la juventud chilena. Y los candidatos no son inmunes a ella y la están considerando en forma creciente. He ahí la explicación de la "salida por la libre" de algunos honorables. Y la rabia que esa actitud desata, cuya cara más visible son las opiniones enviadas a las cartas al director de los principales diarios y a los blogs más conocidos.

lunes, 21 de diciembre de 2009

mi vida

En esta noche de verano alucino con tenerte durmiendo en mis piernas, mientras mis manos acarician tu pelo y que una vez más mis ojos sólo estén para tí. Si te tuviera aquí te diría que no puedo tenerte lejos, que a pesar de que sea una pendeja impulsiva de casi 19 años quiero pasar el resto de mis días contigo. Se que cuando despiertes abriráss tus brazos y me amarrarás para no soltarme jamás, para que pueda descansar las veces que quiera. Aunque es un día sin verte, mi cuerpo te necesita, mis labios están secos buscando los tuyos y mis manos vacías sin poder recorrerte. A veces siento que mi historia amorosa comienza contigo, porque nunca antes algo o alguien me había elevado tan alto. Eres mi vida Brunito, mientras en mis sueños despiertas, prepárate porque desde hoy estoy condenada a una vida junto a tí.

domingo, 29 de noviembre de 2009

La ignorancia previa a las elecciones: Sebastián Piñera

Después de tantas cuñas, la mayoría de mis entrevistados son atacados por la ignorancia. Quién sabe por qué. Ya sea por comodidad, descarte o por seguir una mayoría (moda) han decidido que Sebastián Piñera es su candidato. Pero ¿Están realmente de acuerdo?
En mi rol de estudiante de periodismo me asusta que la mayoría de los medios de comunicación son dirigidos por la derecha y dan el enfoque que se les antoje. Es verdad, viviendo en la concertación pasa eso pero ¿Qué pasaría con Piñera? No estoy (en este caso) con la izquierda pero imagino que el hermetismo aumentaría considerablemente. El Mercurio, actualmente el diario con mayor credibilidad de Chile, va descaradamente dirigido al empresario ABC1 e influyente en la iglesia católica. Sin olvidar la tendencia derechista-conservadurista de Cristián Bofill. El caso de Chilevisión y Mega no es para dejar pasar, una significativa restricción de libertad y una marcada línea política.
La escritura o cualquier otra manifestación no es más que una expresión. Regularla podría significar una próxima dictadura, una lucha por erradicar de la vida de los chilenos la libertad.
Piñera en su propuesta recalca la creación de cárceles para delincuentes y el aumento de carabineros en las calles. Dejando de lado que las cárceles no hacen más que fortalecer delincuentes, aprendiendo cada día a ser un peligro público. ¿La solución serán cárceles? Con ello tal vez los que actualmente no son delincuentes lo serán, si hoy no es un delito debatir con una persona más adelante quizas lo sea (alomejor jamás tendré la respuesta pero lo imagino). ¿Piñera habrá olvidado tan fácilmente que la clave para el éxito es la educación? Es lo que hace falta actualmente, educar a los delincuentes para sacarlos del riesgo social, romper con los antisociales y crear a ciudadanos en un ambiente de paz. Eso puede sonar bastante idealista, pero si estamos con esas, para Piñera debe ser igual de idealista meter en un saco a quienes no han tenido la oportunidad de recibir la educación de él y mía.
Polémica ha causado la aparición de una pareja gay en su franja política. Lo que expresa es su aceptación, ser escuchados por Piñera. ¿Será realmente así? Siendo que en su apego a la iglesia católica no avala la unión homosexual. En el siglo XXI, donde las mayorías comienzan a perder su condición y son medianamente aceptadas por la sociedad, (primer presidente afroamericano de la mayor potencia mundial) ¿no será hora de que parejas del mismo sexo tengan igualdad de derechos que los hetero? Los homosexuales son personas como todos que en el ideal de su unión civil merecen tener una salud digna en que uno puede ser carga del otro, en que los bienes adquiridos en su unión puedan ser divididos equitativamente, en que la herencia sea mayoritariamente para el cónyugue, no será esa la verdadera tolerancia. Escuchar no es lo mismo que apoyar.
Estas son algunas de las razones por las que con más fuerza votaré nulo, la concertación es más de lo mismo pero realmente me gustaría que todo aquel que vote por Piñera tenga al menos estos puntos claros. Que respuestas como las de algunos compañeros, escolares que aún no pueden votar e incluso un profesional como mi papá tengan reales argumentos. Yo no digo que mi juicio de valor es el correcto, pero que al menos la mayoría piñerista vote por lo que realmente podría significar un gobierno así, que sea su opción personal. ¿No es la libertad de expresión lo que realmente necesitamos reforzar?

viernes, 13 de noviembre de 2009

Avenidas con sabor extranjero

Por Gabriela Infante

El sol comienza a despedirse. Casi termina de iluminar las inmensas ventanas de los edificios de calle Apoquindo y en El Golf el movimiento recién comienza. Jóvenes de todas las edades caminan por Isidora Goyenechea a tomar un café, ir a comer a un restorán o visitar una tienda de ropa. Los más populares: Starbucks Coffee, Ruby Tuesday y North Face. ¿De dónde salieron esos nombres?

¿Cofi o Coffee? Son una plaga. El Golf hace décadas perdió su esencia, esa refinada sutileza de la que años atrás era dueño. Las mansiones quedaron atrás. El color crema de las viviendas pasó a ser vidrio y metal y colores llamativos, cazadores de tantos distraídos que buscan un rato agradable. Son grandes cadenas multinacionales reconocidas tanto acá como al otro lado del mundo o simplemente pequeñas microempresas que buscan una distinción, con el toque extravagante que cada día es más familiar, el extranjerismo.

Estos conceptos están presentes en cada cuadra del sector y en la mayoría de los casos son en idioma inglés. Sospechosamente van ligados al desarrollo de ciertos países colonizadores de barrios como este, que buscan diferenciarse de forma apabullante, reducir la brecha de cercanía con Estados Unidos.

Rincón de tradiciones A la salida del metro El Golf y frente al edificio del banco Security, se encuentran pequeñas tiendas que entre tanto asfalto pasan inadvertidas. Imprenta, reparadora de calzado, taller de llaves y costura, confitería y tienda de baldosas son algunos de los bazares del lugar que años llevan desolados. Eugenia Riquelme, dueña del Taller de Costura que no tiene nombre, reclama la poca recurrencia de la gente a la galería. “Antes tenía más trabajo. Ya no me va bien, si ahora toda la ropa que compran, cuando se daña la botan y punto”, dice Kena como la conocen en el lugar.

Presunto extranjerismo

“Por una suerte de esnobismo, se pretende homologar lo extranjero. Con nombres de fantasía de origen inglés, pretende un estatus, un prestigio que a fin de cuentas es totalmente falso. Sutilmente desprecian nuestras expresiones aborígenes remplazándolas por las de un país desarrollado. Es por eso que Hiper market, llama más la atención que supermercado”, explica Emilio Infante, profesor de castellano y de Expresión oral y escrita del Colegio Liceo Alemán del Verbo Divino y de la Universidad Central respectivamente. Agrega también que en especial al barrio El Golf se le denomina coloquialmente Sanhattan, unión de Santiago y Manhattan, logrando admiradores por su conexión con el país desarrollado.

El poco valor por reciclar lo que nos pertenece es una costumbre de hoy. Nacidos en un mundo de plástico, las referencias del idioma inglés, son la supuesta salvación al subdesarrollo que nos ataca. Una solución con la consecuencia de cortar las raíces de la cultura chilena.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Ella es un asco

Ella es horrible. Es una caliente de mierda, no tiene futuro y vive en la estratósfera. Al punto que se hace la víctima en todo, llora porque sí, no hace nada y no tiene sentimientos. Si los tiene jamás los demuestra.
Manipuladora por naturaleza, nadie entiende de quién sacó eso, si nadie en la casa lo es. De ella no saben nada, la verdad es que no es interesa. La manera más fácil de que no se vaya es controlándola. Es buscar motivos donde no los hay para provocar una pelea, o más que una pelea, una guerra. Se mueren si les dice que no es virgen, que se quiere ir de la casa, que se quiere casar con su pololo y les reitera que jamás será una mamá como ellos, un verdadero asco.
¿De dónde habrá salido? Parece un monstruo. Al menos ahora la imbécil saca azules y ni se le ve.
Sin embargo, ella hace lo que le gusta. Estudia periodismo, sin duda tiene todo para ser la mejor. Conociéndola como la conozco yo, eso lo puedo firmar. Si bien es algo despistada, siempre tiene los pies bien puestos en la tierra, ya que con sus simples opiniones deja a todos con la boca abierta. Ella es linda y lo sabe. No sólo por fuera (la celulitis no invadirá sus piernas a corto plazo como le gustaría a su mamá), sino también por dentro. Aunque parezca algo fría, tiene un corazón gigante. Le encanta compartir con la gente que quiere, sabe escuchar y tiene el consejo correcto. Algo los quiere pero le han echo tanto daño que cada noche le agradece Dios estar acompañada por el mejor hombre que sus ojos hayan visto. Por mientras le pide a su abuela que la mira desde arriba que la salve, le implora soluciones. No le responde.
Si tuviera que pedirle algo a Dios, sin duda sería desaparecer. Mejor que eso, que al menos valoren por un instante la persona que hay detrás de la basura que creen que es.

lunes, 26 de octubre de 2009

Prueba Solemne Taller de Reporteo y Producción de Noticias

Érase una vez El Golf
En nuestros días el principal centro de oficinas del sector oriente es El Golf. Sin embargo, no siempre fue así. En los años 30, fue el escape de cientos de familias acomodadas que buscaban sólo una cosa: homogeneidad.
Refugio de Expropiados
A fines de los años 30, en Chile el Movimiento Radical avanzaba a pasos agigantados. Ya en el año 1939, se establece definitivamente, con el mandatario Pedro Aguirre Cerda, el poder de la clase media en el país. En respuesta a esto, la aristocracia chilena abandona sus palacios de barrio Dieciocho y Brasil para entrarse a los pies de la cordillera, trasladando con ellos marcadas influencias europeas.
Así fue como Elena Errázuriz Echeñique, fundadora de El Golf sur, junto con cientos de personas instauró rincones de París, Buenos Aires y Viena a los alrededores de la ciudad. Una mezcla de elegancia y áreas verdes predominaba en las actuales calles de Isidora Goyenechea y El Golf.
Tomás Reyes Vicuña fue el arquitecto encargado de diseñar las hermosas mansiones que llenaron de vida a calles como Presidente Errázuriz y Gertrudis Echeñique. Con claras influencias francesas, predominaron los jardines y amplios balcones, reflejo de una elegancia contemporánea que mezcla tradición y modernidad.
La matinée del cine, las misas del domingo por la mañana y días enteros en el club de golf, fueron la instancia principal de reunión de familias como los Lyon Cousiño y Sánchez Errázuriz, las primeras en llegar al barrio. Por esos tiempos no había duda de que El Golf estaba en su máximo esplendor.
El golpe de los 80
A medida que pasaban los años y el barrio se encontraba en su apogeo, personas de distintos lugares de Santiago comenzaron a frecuentar el barrio. Rápidamente junto a la llegada del metro El Golf, Alcántara y Escuela Militar, arribó una masa de gente en busca de oportunidades laborales. De esta forma, con la llegada de connotados colegios de elite, como lo son el Verbo Divino y Villa María Academy, se masificó el barrio, perdiendo la importante exclusividad por la que lucharon décadas.
“El barrio ha cambiado mucho. Desde que llegó el metro la gente de clase alta que vive acá perdió comodidad. La primera torre de las que quedaban en el oriente fue la de Tajamar, desde ahí se llenó de edificios”, cuenta Francisco Millaqueo, chef desde hace 47 años del reconocido Club de Golf. Agrega además que los edificios son el desarrollo, por lo mismo llega gente de todas partes. Fue así como el boom demográfico del sector y la intención de desarrollo se apoderaron de El Golf, causando el resentimiento de la clase oligárquica acomodada en el lugar.
Por esos años hasta la actualidad, no hay esquina del barrio que no se salve de una gran construcción. María José Díaz desde vive hace unos meses en El Golf. “Vengo de Chillán a estudiar a Santiago y este barrio era el que más me acomodaba. Es muy seguro, constantemente veo a seguridad ciudadana paseando cerca de mi casa”. Si tuviera que calificarlo le pone nota 6, la razón es por el poco respeto al peatón. “Todos pasan apurados, bocinazos todo el día, hay que fijarse siempre para cruzar la calle porque no tienen conciencia en ese sentido”, afirma con seguridad.
Es así como decenas de edificios contrastan con las reducidas áreas verdes que van quedando. El barrio residencial, con las imponentes mansiones que caracterizaron los años 40, han desaparecido considerablemente. El paso de un sector residencial acomodado, pasó a ser el centro neurálgico de un importante sector financiero que abarca a personas de todo el país.
Un café con Isidora y Sebastián
Con el repentino poblamiento de El Golf, cientos de cadenas multinacionales se han apoderado de las esquinas del barrio. Big John, Starlight Coffee, Oh! Salad, Ruby Tuesday y Starbucks Coffee son solamente algunas.
En 2003 la cadena estadounidense llegó a Chile para quedarse y ser una de las empresas más reconocidas por los chilenos en los últimos años. Su primer local fue precisamente en la esquina de Isidora Goyenechea con San Sebastián. Aquí buscaban algo similar que en Estados Unidos: un café para el empresario, alguien que pudiera acceder al elevado costo de un frapuccino. Con los años esta categoría se ha ido ampliando, llegando a jóvenes principalmente. Una de ellas es Valentina Honorato, de 18 años, estudiante de un preuniversitario. “Necesito ir a Starbucks. Se volvió una costumbre, junto de mi mesada y como mínimo paso por acá cada dos semanas. Prefiero venir al del Golf, porque me queda cerca del ‘preu’ y en la tarde hay muy poca gente, es súper tranquilo”. Con los años El Golf, la cuna de aristócratas expropiados, pasó a representar trabajo, desarrollo y comercio. Las grandes empresas internacionales han arribado a la elegancia de sus calles. Las mansiones demolidas, dieron paso a grandes edificios con más de 50 familias. Un sector desarrollado en un país del tercer mundo. Pero lo que traspasa todas las décadas de vida del barrio, es la influencia europea y norteamericana en cada una de sus esquinas.