Mi cuento de hadas

Un invierno. Nublado pero nada de frío. Más bien un otoño, un día de Marzo (sin responsabilidades claro), con poca ropa pero cómoda, fumando un cigarro acostada en mi cama, pensando en la inmortalidad del cangrejo con Sanz endulzando aún más mi día. No he pensado en nada qe me de pena, al contrario, estoy cagaa de la risa de las cosas qe yo considero (aveces) buenos momentos. Como una fruta dulce, tan dulce que noo ... estoy en verano. Ahi si, poca ropa, acostada en mi cama sin responsabilidades, pero es de noche, de aquellas de insomnio con una luz tenue, cantando y sintiendome linda, o al menos dejando de lado todas esas estupideces. Y no estoy sola. Estoy con él o con ella, no se qien es, lo unico que se es que me está acompañando y protegiendo, le estoy contando puras weas locas de esta vida y me dijo qe esta feliz de verme feliz. Yo lo siento como mi angelito de la guarda, aveces es la unica persona que me entiende o que sabe cuando me pasa algo, solo me abraza y me tranquilizo. No me quiere ver mal, de hecho, hay veces que me aparta de la gente que me hace daño o me ayuda a abrir los ojos, pero ahora no está aca para eso, está para verme y hacerme feliz, me ayuda a sacar cosas de mi pieza que me quitan personalidad, revienta esa burbuja de tristeza y salgo por la ventana a nada mas qe volar con el, vemos todo lo que hace el resto, lo bueno y lo malo. De vez en cuando ayudamos a la gente que nos necesita, otras me presiona pa tolerar a la qe no tolero y lo qe mas me duele es cuando me frena a llegar a las que amo pero sin embargo, no merecen todo de mi, me recuerda que yo soy fuerte, que no puedo seguir entregando a esas, sino a los que verdaderamente necesitan sonrisas, asi como la que tengo yo.

Vuelvo a mi cama, se terminó mi cigarro y la fruta. Él no está, se fue. Pero dejó lo más importante.. un cofrecito, donde se guarda la esperanza de ser feliz en todo ámbito y millones de sonrisitas para que sea la encargada de repartirlas a la gente qe lo necesita.